mis gafas de pasta, vol. 13
¡huele a viernes! hoy hablamos en meme, nos asombramos con las ilustraciones de simon bailly, conocemos al señor más fotografiado del mundo y te descubro un truco infalible con los niños.
¡por fin es viernes! y ya han pasado dos desde la última vez que nos vimos por aquí. cómo va de rápido este final de año, ¿verdad? en vigo ya han encendido las luces de navidad, no te digo más.
después de un vol. 12 un poco triste, creo que es hora de volver a ser ese lugar de proyectos inspiradores y chachipirulis que tanto nos gusta. y para ir abriendo el apetito creativo, nadie como hablando en meme, el perfil de instagram que te hace sonreír a base de verdades como puños. porque lo de los memes es el arte más sagrado del siglo xxi y en esta cuenta son expertos en su uso. vamos, más que expertos podrían hacer una tesis doctoral.
¿qué? ¿empezamos?
la vida (y el cosmos) según simon bailly
hoy tenía muchas ganas de hablarte de simon bailly y de su particular forma de pintar el mundo. a medio camino entre la ilustración clásica y el cómic, este artista francés graduado en 2015 ha trabajado para medios tan relevantes como libération.o new york times, marcas tan finas como hermès o editoriales tan prestigiosas como hélium y gallimard, que han visto en su estilo una manera diferente de contar las cosas.
a simon le gusta jugar con el humor y ponernos delante del espejo de lo cotidiano, de nuestras contradicciones y de todas esas cosas que hacemos sin darnos cuenta de que, en realidad, tienen más importancia de la que les damos.
el cosmos, los meteoritos, las noches estrelladas y la vida extraterrestre también tienen mucho protagonismo en sus ilustraciones. quizá porque hay cosas en este planeta que ya no hay quien entienda y es mejor mirarlas desde fuera para coger un poco de perspectiva. pero qué va, ni por esas.
lo que más me gusta de sus ilustraciones son los detalles. los colores potentes, esa trama que le da textura a casi todas sus imágenes y un olorcillo a cosa antigua que lo hace todo más familiar y reconfortante. como si ya hubiéramos mirado aquí antes, aunque cada imagen sea completamente nueva.




con todo esto, no me extraña que los juegos olímpicos de paris 2024 o galerías de medio planeta hayan querido tener sus trabajos muy-muy cerca. si quieres echar un vistazo al resto de su obra, te dejo por aquí su perfil de instagram para que puedas darte una vuelta.
alan adler, posiblemente, el hombre más auto-fotografiado del mundo
bueno, no sé si del mundo. pero de australia casi seguro.
¿que por qué? pues porque alan, que tiene 92 años hoy, lleva más de 50 trabajando como técnico de mantenimiento de fotomatones. y claro, después de arreglar esas máquinas, hay que probarlas. así que su historial de fotografías es tan gigantesco que hasta le ha dado para publicar uno de los libros más sorprendentes del año.
la historia comenzó cuando los creativos jessie norman y chris sutherland entraron en el fotomatón de alan en su primera cita. eligieron el de finders street, en melbourne, porque ambos solían usarlo en salidas con colegas y otros eventos, así que le tenían bastante cariño. era uno de esos lugares míticos que tienen las ciudades y de los que cuesta despegarse.
una vez dentro del fotomatón, descubrieron una nota escrita a mano que decía que la estación en la que se encontraba iba a ser remodelada y que a aquella vieja máquina no le quedaba demasiado tiempo de vida, así que era mejor que la disfrutaran en sus últimos días.
entristecidos por la noticia, decidieron que tenían que hacer algo. así que buscaron al señor que mantenía aquel artefacto siempre funcionando, se reunieron con él, lo retrataron y colgaron su foto en internet. de repente, aquello se viralizó en la ciudad y consiguieron que la máquina fuera reubicada y que, en cierto modo, no se perdiera aquella parte de la historia de la ciudad.
chris estaba en la escuela de cine en aquella época y pensó que molaría hacer un pequeño documental sobre aquel hombre. estuvieron documentándolo todo durante mucho tiempo y en el proceso descubrieron cientos y cientos de fotos de prueba en cajas olvidadas en un garaje e incluso dentro de los propios fotomatones. tenían tanto material, que pensaron que sería increíble hacer un libro con todo aquello. e incluso una exposición que homenajeara a uno de los hombres más fotografiados del mundo.




¿y sabes qué? el libro ya está a la venta y la exposición tendrá lugar en melbourne en mayo del año que viene. es increíble, ¿verdad? alan se pasó toda la vida trabajando y cuando creía que había llegado el final, de repente, obtuvo su recompensa.
si quieres conocer un poco más de esta historia, puedes echarle un vistazo en itsnicethat, una de mis webs favoritas.
el disparo de alice mann
alice mann es una joven fotógrafa sudafricana que deslumbró a la crítica hace algún tiempo con su serie drummies, de la que tienes un ejemplo buenísimo aquí arriba. menuda mirada, ¿verdad?
si le echas un vistazo a su perfil de instagram descubrirás pequeños mundos que no sabías que existían. como el de las mini-proms sudafricanas, una especie de baile de graduación para chavales que pasan al instituto.
en bucle: las bombas de tiempo
no sé si tienes hijos o niños cerca. si alguna vez has interactuado con alguno, es probable que ya sepas que no suelen hacer mucho caso. sobre todo, si se trata de recoger los juguetes que han esparcido por una habitación o si tienen que irse a dormir. por lo que se ve, está bastante extendido entre la población infantil aquello de no atender a razones.
excepto si tienes youtube a mano y algo a lo que llaman bombas de tiempo. estas bombas no son más que vídeos con cuentas atrás, música de tensión y un final inesperado que convierte cualquier orden en un reto increíble que hay que superar antes de que estalle todo por los aires. desde que las descubrí, mis hijos se ponen el pijama a toda velocidad.
es el juego, amigos. que todo lo puede.
y hasta aquí llegamos hoy. ¡nos leemos dentro de un par de semanas! para entonces, ya llevarás más de una cena de navidad. ojalá no se te hagan bola y todo fluya estupendamente hasta nuestro próximo encuentro. ¡que te diviertas!